Riglos


El día de ayer amaneció muy lluvioso como daba el pronostico pero nos sirvió para conocer zonas nuevas del pirineo francés y navarro. Después de comer continuamos nuestro viaje hasta el castillo de Loarre para dormir en murillo de gallego al pie del rio en un lugar precioso. Mañana Riglos.

Hoy domingo nos acercaremos a Riglos para hacer la ruta que rodea los famosos mallos. Después de comer toca volver a casa, por lo que no podemos entretenernos demasiado. Para el que no conozca, los mallos de Riglos son unas formaciones rocosas muy características y raras de la zona, un paraíso para escaladores. También han montado una vía ferrata, pero esto lo dejaremos para otra ocasión. Aun así, la belleza de los mallos merece la pena una visita.

La ruta comienza en el pueblo y hacemos un recorrido circular de 5,5km en el sentido contrario a las agujas del reloj. Vamos por un sendero bien marcado en continuo ascenso hasta llegar a lo alto de los mallos donde están las mejores vistas de todo el recorrido, con el rio Gállego al fondo, por donde se hace rafting, que apuntamos para otra escapada.

El calor aprieta bastante y las sombras escasean, así que cuando vemos una aprovechamos para descansar y disfrutar de las vistas, hacemos fotos a los escaladores y a los buitres. La parte mas bonita de la ruta para mi es cuando llegas a la zona alta y luego la bajada que se hace por un sendero mas pegado a la pared rocosa por donde hay multitud de cordadas, eso si, a la sombra.

Poco a poco nos acercamos al pueblo de Riglos y buscamos un bar donde tomarnos un refresco-cerveza bien fría y cogemos provisiones para el viaje de vuelta que haremos sin prisa, disfrutando de la belleza de la zona de una parte de Huesca que no conocíamos. Volveremos para hacer rafting por el rio y quizás para hacer la ferrata de los mallos de Riglos.

Como suelo decir, Huesca nunca defrauda y ofrece mucho más de lo que la gente puede imaginar.



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